SU MEDIA NARANJA
(de la necesidad virtud)

Mi prima Eloísa va a poner una agencia matrimonial. Ha sacado la idea de uno de esos cursillos de emprendedores y yo no hago más que intentar disuadirla pero no hay manera: está decidida. Y si yo insisto en que no lo haga no es porque la idea me parezca mala, sino porque veo complicado que prospere teniendo en cuenta la existencia del Tinder y el Meetic y todas esas mandangas de ligoteo digital. Claro que ella confía en que funcione por el carácter innovador de que va a dotar a su proyecto. Y es que, más que de la necesidad virtud, ha querido hacer de la mala fortuna negocio, dado que tiene la rara habilidad de enredarse con hombres que, más tarde o más temprano, la acaban dejando por otra, de modo que el negocio básicamente va a consistir en ofrecerse a salir con señores que estén buscando a la mujer de su vida para que ésta haga su aparición mientras mantienen una relación con ella (con mi prima digo)
Yo ya no sé cómo quitarle de la cabeza esa locura, porque con lo enamoradiza que es lo va a pasar fatal, pero ella lo tiene claro. Es más, dice que lo mismo esta actividad resulta ser el exorcismo que la libre de su mala suerte y que si no es así que por lo menos podrá cambiar de amante con frecuencia, que eso mola, y de paso sacar una rentabilidad a los cuernos que hasta ahora siempre le habían puesto gratis. Y vamos, que tan en serio se lo toma que hasta ha establecido las tarifas en base a lo que tarde la afortunada en presentarse. Si lo hace de inmediato un buen sablazo, si se demora más de un par de meses un precio razonable, si más de seis una tarifa media, si pasa del año una oferta por antigüedad y si supera los dos una proposición de matrimonio.

Que entonces seguro que aparece.

#SafeCreative Mina Cb