domingo, 11 de septiembre de 2022


 

SEISCIENTOS PASOS

Seiscientos pasos es
la distancia que separa
mi casa del trabajo.

Siempre
la había recorrido distraída,

pensando en mis cosas
o mirando el móvil

o muerta de sueño por el madrugón
o de hambre
por lo que se había alargado el turno de mañana.

La distancia al trabajo
era tan solo un trámite

que salvaba
de la forma más rápida posible

arañando minutos a la siesta
y saliendo a menudo con el tiempo justo,
a toda prisa y sin entretenerme.

El quince de marzo
del año dos mil veinte

la distancia al trabajo dejó de ser
esos seiscientos pasos

para convertirse en una ventana hacia la libertad.

Salía con tiempo de sobra.

Alternaba las rutas
eligiendo a menudo la más larga,

sobre todo
cuando llegó la primavera
y podía pasar junto al río

y ver a las primeras mariposas
o a las cigüeñas y los cormoranes en la isla,

como aquel atardecer en que me paró la policía
y me pilló llorando
por tener que ir a encerrarme en casa
en lugar de sentarme a disfrutar de todo eso.

Esos seiscientos pasos,
durante aquellas larguísimas semanas

obraron el milagro
de permitirme cada día ver el sol.

#SafeCreative Mina Cb 

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