CUANDO METES LA GAMBA
(hasta el fondo)

A veces te pasa. La incontinencia verbal, las cañas, la confianza que tienes en la gente que te rodea y el garito. O sea el amo del garito que sabes que es de lo que aquí pasa aquí se queda. Y llegas con unos colegas y oyes esa mierda de música y lo sueltas. Que mira, le dices al dueño, yo entiendo que es finde y tienes que hacer caja, pero menudo infierno. Y el pavo se encoge de hombros, porque detesta esa matraca tanto como tú, y te dice que vale, que te entiende pero que es lo que hay. Y te quedas por todas las noches que has ido a llorarle. Y por todas las horas impagables que has pasado allí. Y porque lo quieres, qué demonios. Lo quieres tanto que hasta le aguantarías que te proyectase en la pared del bar el vídeo del “Y viva España” del cohete en bucle. Tú y todas las personas que van contigo. Porque hay camareros que son mucho más que eso. Son tu amigo y tu hermano y tu padre si hace falta. Tu jefe nunca. Y al momento te dicen eso de “Pues está pinchando Fulano”, que es como Dios pero con cascos y tú te acuerdas de todas las veces que, por hacerse la estrella, te jodió con sus putos scrachings o te cortó por la mitad tus temas favoritos en Cocoro y saltas: “Pues si de joven ya era malo ahora aún peor”. Y como te miran raro lo repites. Y hasta lo ilustras con ejemplos, que aún te miran más chungo. Y al poco, cuando desaparece escaleras a bajo rumbo a la pista donde se desarrolla la satánica sesión, alguien señala a esa muchacha que se va y te dice: “Es su mujer”. Y por una parte te mueres de vergüenza pero por otra piensas: “Pues mira, después de tantos años por fin se enterará”.

#SafeCreative Mina Cb