PÓNTELA
No te quedes en tu casa
triste como una polilla
pegada un rato al balcón
y otro rato a la mirilla.
No sigas en el sofá
llorando la lágrima viva
que ya han abierto las tiendas
de ropa y de baratijas.
Deja ya de hacer bizcochos,
guarda el rodillo y la harina,
cuelga el delantal y sal
de una vez de la cocina.
Y píntate, y ponte guapa,
y queda con tus amigas
y vete a tomar café...
eso sí, con mascarilla.
Que el bicho aún no se ha largado
pero, si vas protegida,
sin repartir achuchones
y con las manos bien limpias
no tienes por qué temer
al microbio de la China...
eso sí, no te cantees
y no te pases de lista
en plan de pensar que puedes
tener sexo sin saliva
con un maromo del Tinder
(amor a primera vista)
o que le puedes hacer
para meter la pajita
del cubata un agujero
redondo a la mascarilla
o que, si te cansas de ella
puedes echarla p'arriba
para sujetarte el pelo
como una diadema o cinta.
No me seas guarrindonguis
y apáñate una bolsita
para guardarla en momentos
en que no la necesitas
y úsala, por lo demás,
con la frecuencia debida:
o sea, en locales públicos,
cuando vayas de visita,
en el autobús o el tren,
si te cita el masajista...
en fin, en cualquier lugar
en donde el peligro exista.
Es sencilla de poner:
un par de gomas y lista
para volver al ataque
y vivir... que son dos días.
#SafeCreative Mina Cb
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