NOS ESTAMOS VOLVIENDO GILIPOLLAS
Esta mañana he ido al banco a hacer una reclamación. No es al primera vez que me sucede de modo que iba preparada: DNI, denuncia, documentos... y un pendrive con fotos y capturas de pantalla, que la otra vez pequé de inocente y no guardé los mails.
Primero he ido a consumo, que ya no existe como tal en el ayuntamiento y me han dado un teléfono. Y como voy justa de tiempo con el plazo pues me digo, yo de momento reclamo y luego ya llamaré.
Porque la otra vez fue sencillo. Relativamente. Les mandé un mail con la documentación que faltaba y santas pascuas. Problema resuelto. Pero hoy no: me piden las capturas y señalo al diminuto objeto sobre el mostrador:
- Están ahí- le he dicho al chico.
- Ya. Pero no puede ser. Ha de ser en papel.
- ¿No puede ser por mail? Hay un montón de capturas.
- Papel.
- Vale: ¿Y no me lo podéis imprimir vosotros y me ahorro el viaje? Os pago las copias, pero por favor no me hagáis ir a casa otra vez que se me va media mañana y curro.
- No puedo imprimirlo yo.
- ¿Y eso?
- Seguridad. Tema de protección de datos.
Trabajo en un lugar en el que la gente paga con tarjeta continuamente. Todo el tiempo: un gesto y zas, batacazo a la cuenta. Por importes menores a veinte euros no te pide ni el pin, de modo que cualquiera que encuentre una cartera por ahí puede pegarte un buen pellizco sin que te des cuenta. Y el las tiendas mira, aún te pueden pedir en DNI, pero por la red es de locos. Gastas y solo piden el número de tarjeta y el código de seguridad el reverso. Y como no tengas una alarma estás jodido. Que sí, que luego reclamas y te lo devuelven, pero de momento te han jodido. La peña ya lleva la visa hasta en el móvil, de modo que perder el móvil es una tragedia en toda regla: ahí va todo. TODO. Y lo llevamos en el bolsillo y lo dejamos encima de las mesas y lo vamos paseando impunemente por la calle. Con todo la información al aire, expuestos a que cualquier ratero nos lo levante y nos vea hasta la marca de las bragas. Pero sin miedo, porque tenemos código de seguridad.
Y estos me vienen con que no les dejan abrir un pendrive delante mío para imprimir los documentos necesarios y ahorrarme el viaje que me hará perder media mañana.
Así que nada. Aquí estoy, haciendo tiempo hasta que salgan por la impresora todos los papeles mientras pienso que nos estamos volviendo gilipollas de cum laude.
#SafeCreative Mina Cb
Esta mañana he ido al banco a hacer una reclamación. No es al primera vez que me sucede de modo que iba preparada: DNI, denuncia, documentos... y un pendrive con fotos y capturas de pantalla, que la otra vez pequé de inocente y no guardé los mails.
Primero he ido a consumo, que ya no existe como tal en el ayuntamiento y me han dado un teléfono. Y como voy justa de tiempo con el plazo pues me digo, yo de momento reclamo y luego ya llamaré.
Porque la otra vez fue sencillo. Relativamente. Les mandé un mail con la documentación que faltaba y santas pascuas. Problema resuelto. Pero hoy no: me piden las capturas y señalo al diminuto objeto sobre el mostrador:
- Están ahí- le he dicho al chico.
- Ya. Pero no puede ser. Ha de ser en papel.
- ¿No puede ser por mail? Hay un montón de capturas.
- Papel.
- Vale: ¿Y no me lo podéis imprimir vosotros y me ahorro el viaje? Os pago las copias, pero por favor no me hagáis ir a casa otra vez que se me va media mañana y curro.
- No puedo imprimirlo yo.
- ¿Y eso?
- Seguridad. Tema de protección de datos.
Trabajo en un lugar en el que la gente paga con tarjeta continuamente. Todo el tiempo: un gesto y zas, batacazo a la cuenta. Por importes menores a veinte euros no te pide ni el pin, de modo que cualquiera que encuentre una cartera por ahí puede pegarte un buen pellizco sin que te des cuenta. Y el las tiendas mira, aún te pueden pedir en DNI, pero por la red es de locos. Gastas y solo piden el número de tarjeta y el código de seguridad el reverso. Y como no tengas una alarma estás jodido. Que sí, que luego reclamas y te lo devuelven, pero de momento te han jodido. La peña ya lleva la visa hasta en el móvil, de modo que perder el móvil es una tragedia en toda regla: ahí va todo. TODO. Y lo llevamos en el bolsillo y lo dejamos encima de las mesas y lo vamos paseando impunemente por la calle. Con todo la información al aire, expuestos a que cualquier ratero nos lo levante y nos vea hasta la marca de las bragas. Pero sin miedo, porque tenemos código de seguridad.
Y estos me vienen con que no les dejan abrir un pendrive delante mío para imprimir los documentos necesarios y ahorrarme el viaje que me hará perder media mañana.
Así que nada. Aquí estoy, haciendo tiempo hasta que salgan por la impresora todos los papeles mientras pienso que nos estamos volviendo gilipollas de cum laude.
#SafeCreative Mina Cb
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