NI LO INTENTES
Sé que te mueres de ganas. Has visto a lo lejos la silueta solitaria y te preguntas por qué. Por qué va sola. Si es que está triste. Si es que no tiene a nadie. Si es que no le da miedo. Y te vas acercando. Sin ser consciente has reducido de tercera a segunda para irte aproximando poco a poco a ella. Para verla más cerca. Y rellenar la silueta de detalles: la forma de sus pantalones, el dibujo de la camiseta, el color de las zapatillas. Y el pelo. Y empiezas a pensar cómo será su cara. Y ya vas en primera. Y ella lo sabe. Ha sentido acercarse el vehículo y lo sabe. Sabe lo que estás haciendo. Sabe que lleva el parachoques tras de sí. Y no le gusta, créeme. No le gusta nada. Pero tú no lo sabes. No eres consciente porque para ti es normal. Te educaron para elegir. A cualquiera y en cualquier momento. Y por eso no se te ocurre pensar que está asustada. Que la estás asustando. Que ya hace rato que lleva la mano en el bolsillo sujetando el móvil. Y que solo desea que aceleres y te largues. Y tú entonces ya piensas en ponerte a la par hasta ver su perfil. Y bajar la ventanilla y decirle algo. Dudas pero lo estás pensando. Y ella lo sabe. Porque el sonido del motor tras sus caderas la está volviendo loca. Y saca el móvil. Y ya lleva la mano sobre la tecla del 112. Y tú al fin te decides y pasas junto a ella. Y bajas la ventanilla suavemente. Sin mala intención. Tan solo quieres saludarla. Porque es guapa. Y ella da un respingo al escuchar cómo el cristal se desliza por las guías. Y acelera la marcha. Y echa un vistazo rápido alrededor, buscando el lugar por donde huir si se da el caso. Y le hablas de buen rollo. Pero no te contesta. Y entonces insistes. Amablemente pero insistes. Y ella ya valora si pulsar la tecla del 112 es excesivo puesto que no has abierto la puerta del coche. Todavía. Porque si la puerta se abre hay que correr. Vaya que sí. Correr como si el mundo se acabara.
Tú no eres mala gente. Solo ha llamado tu atención de lejos y quieres conocerla. Saber por qué anda por allí, sola a esas horas, y si no le da miedo. Y la respuesta es simple. Está sola porque desea estarlo. Y está por allí porque le gusta ese lugar. Y quiere disfrutarlo. Y sí, le da miedo. Le das miedo. La has asustado, tío. Tú eres buena gente pero la estás asustando. Porque hay tíos que no son buena gente y así es como las raptan para luego violarlas y matarlas a golpes y abandonar en una cuneta los cadáveres. Empieza así la cosa.
Así que no lo hagas, tío. No reduzcas la marcha. No te pongas a la par con ella. No bajes la ventanilla. No es así como se hace. Así no, tío.
De modo que ni lo intentes.
#SafeCreative Mina Cb
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