RUTINAS
También a mí me sucedió:
Había un día de la semana fijo para fregar el suelo,
me lavaba el pelo martes, jueves y sábado
(sufriendo el lunes al pensar que lo llevaba sucio)
iba al cine el domingo
intentaba comer siempre a horas fijas
alternando en la dieta la carne y el pescado
de modo sistemático
y hacía igual con pasta, legumbres y verduras.
Me sentía fatal si me daban las once dormitando
y era incapaz
de beber alcohol por las mañanas
o de apurar la noche
(aún no teniendo que madrugar al día siguiente)
un martes, por ejemplo.
Sobrevivía,
resignada y metódica
entre el lunes y el sábado
ansiando el oasis del domingo
y a su vez once meses
anhelando el edén vacacional.
Sé que era yo...
mas no fue en esta vida.
Inma Benítez
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