MUNDO COBARDE
No es cierto que el dinero o el poder muevan el mundo. Quienes lo mueven son nuestra cobardía y nuestro miedo. Los nuestros. Los de quienes no somos capaces de confiar en nuestro potencial para mover el mundo con cordura y equidad. El miedo nos paraliza y la cobardía hace, además, que jaleemos a quienes nos pisotean. Y que odiemos y denunciemos a los que intentan cambiar el panorama. El miedo es la cárcel y la cobardía los cerrojos. Y nosotros los mejores carceleros. Nosotros y esa maldita teoría de que es mejor lo malo conocido. El mal menor. Lo medianamente bueno. Y en lugar de aspirar a la superación nos conformamos con lo que tenemos y seguimos ahí, con las orejas gachas, rabiando para adentro y sin mover un músculo; esperando que alguien tenga huevos de cambiar las cosas pero sin mojarnos el culo para que suceda. Mirando con desprecio a quien se atreve a alzar la voz al tiempo que pensamos que ojalá un día se rompa la baraja. Y que se rompa sola, claro está. Sin hacer un esfuerzo ni arriesgar un ápice. De chiripa. Por obra del Altísimo.
Porque es más fácil creer en los milagros que en nosotros mismos.
#SafeCreative Mina Cb
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