TENER UN DON
Creo que existe algún cortocircuito en mi cerebro para el tema del dibujo. Quiero decir que yo voy a hacer un dibujo y lo veo todo muy claro en mi cabeza, pero cuando lo llevo al papel no queda ni la mitad de bien. Y me olvido detalles. Creo que en ese camino que va desde la neurona cerebral hasta los dedos se produce, no sé, alguna interferencia tipo que la idea se tropieza con otra idea y se lían a hablar de sus cosas y ya se le va el santo al cielo... y claro, cuando llega a la mano ya no es ni sombra de lo que fue... el caso es que no consigo que mis ideas plásticas cerebrales pasen como un calco al papel... esto es, que queden exactamente igual que como las concebí. Por mucho que lo intente. Es más, estoy segura de que, si asisto a algún cursillo, no serán capaces de que mejore, al menos en lo conceptual. En lo técnico puede, pero seguiré sin poder materializar el concepto... o sea, que los dibujitos que yo tengo en la cabeza, proyectados como en una peli, nunca podrán llegar a ser como los imagino. Los animales, por ejemplo... que se me dan fatal... y mira que en la cabeza los veo divinamente... pero cuando llegan a los dedos algo se pierde por el camino y tengo que ponerles flechas con el nombre para que el destinatario los identifique... y eso no me parece ni medio normal. Como tampoco me parece de recibo oír una canción y luego no saber cantarla... que digo yo que si por las orejas me entra lo mismo que a todo el mundo a ver por qué los otros entonan y yo no. Y no hablemos ya de aparcar un coche, que ni con mil retrovisores lo haría a la primera. Y luego, cuando te bajas y pasas entre la multitud que ha contemplado el espectáculo, ves a un microbio de 18 con la L nuevecita que lo acaba de meter en un hueco minúsculo de una sola maniobra y mientras hablaba por el móvil. Y yo flipo porque quiero dibujar bien y cantar bien y conducir bien. Porque en mi cabeza todo entra como en la de los demás. Pero algo raro sucede en el camino y la información que me llega no recorre las vías adecuadas. Y ni dibujo el perro ni entono la canción ni meto el coche entre las rayas. Sin embargo aquí, delante del teclado, las cosas llegan como las tengo en la cabeza. Exactamente igual. Y luego, cuando me preguntan, digo que se trata de escribir lo que piensas. Así, sin más. Sin filtros. Y la peña me dice que no es tan sencillo como me parece y yo digo que sí, que solo hay que intentarlo. Y luego, cuando cojo otra vez la canción, o el coche, o los lápices de colores, me doy cuenta de que tienen razón. Y de que puede que no sea tan fácil. Y de que en eso precisamente debe de consistir tener un don. En que desde el cerebro hasta los dedos, hasta la garganta, hasta las líneas del parking... no haya interferencias.
Algo así debe de ser.
#SafeCreative Mina Cb
Creo que existe algún cortocircuito en mi cerebro para el tema del dibujo. Quiero decir que yo voy a hacer un dibujo y lo veo todo muy claro en mi cabeza, pero cuando lo llevo al papel no queda ni la mitad de bien. Y me olvido detalles. Creo que en ese camino que va desde la neurona cerebral hasta los dedos se produce, no sé, alguna interferencia tipo que la idea se tropieza con otra idea y se lían a hablar de sus cosas y ya se le va el santo al cielo... y claro, cuando llega a la mano ya no es ni sombra de lo que fue... el caso es que no consigo que mis ideas plásticas cerebrales pasen como un calco al papel... esto es, que queden exactamente igual que como las concebí. Por mucho que lo intente. Es más, estoy segura de que, si asisto a algún cursillo, no serán capaces de que mejore, al menos en lo conceptual. En lo técnico puede, pero seguiré sin poder materializar el concepto... o sea, que los dibujitos que yo tengo en la cabeza, proyectados como en una peli, nunca podrán llegar a ser como los imagino. Los animales, por ejemplo... que se me dan fatal... y mira que en la cabeza los veo divinamente... pero cuando llegan a los dedos algo se pierde por el camino y tengo que ponerles flechas con el nombre para que el destinatario los identifique... y eso no me parece ni medio normal. Como tampoco me parece de recibo oír una canción y luego no saber cantarla... que digo yo que si por las orejas me entra lo mismo que a todo el mundo a ver por qué los otros entonan y yo no. Y no hablemos ya de aparcar un coche, que ni con mil retrovisores lo haría a la primera. Y luego, cuando te bajas y pasas entre la multitud que ha contemplado el espectáculo, ves a un microbio de 18 con la L nuevecita que lo acaba de meter en un hueco minúsculo de una sola maniobra y mientras hablaba por el móvil. Y yo flipo porque quiero dibujar bien y cantar bien y conducir bien. Porque en mi cabeza todo entra como en la de los demás. Pero algo raro sucede en el camino y la información que me llega no recorre las vías adecuadas. Y ni dibujo el perro ni entono la canción ni meto el coche entre las rayas. Sin embargo aquí, delante del teclado, las cosas llegan como las tengo en la cabeza. Exactamente igual. Y luego, cuando me preguntan, digo que se trata de escribir lo que piensas. Así, sin más. Sin filtros. Y la peña me dice que no es tan sencillo como me parece y yo digo que sí, que solo hay que intentarlo. Y luego, cuando cojo otra vez la canción, o el coche, o los lápices de colores, me doy cuenta de que tienen razón. Y de que puede que no sea tan fácil. Y de que en eso precisamente debe de consistir tener un don. En que desde el cerebro hasta los dedos, hasta la garganta, hasta las líneas del parking... no haya interferencias.
Algo así debe de ser.
#SafeCreative Mina Cb
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