viernes, 21 de septiembre de 2018

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UN CHOLLO

Hoy me han llamado para hacerme una oferta irresistible. Un chollazo, vamos. Y además parecía de verdad, aunque seguro que al final había algún interés oculto pero la cosa pintaba súper bien: un bono anual para un centro de belleza: limpiezas de cutis, tratamientos rejuvenecedores, masajes anticelulíticos... la bomba, en fin. Y yo, que iba en ese momento contemplando el reflejo del sol y los árboles sobre el río, paseando bajo un sol radiante y disfrutando a pleno pulmón de una de esas espléndidas mañanas que el final del otoño nos regala en septiembre, me he imaginado el tiempo que la asistencia a esas sesiones me iba a robar: ese tiempo que destino a pasear, a escribir, a dormitar, a irme de cañas o a acercarme a casa de mi madre (esto bastante menos de lo que debería) y, una vez que la señorita ha terminado y me ha dejado hablar, y tras haber comprobado que entre los servicios que me ofrecía no estaba el de reposición neuronal, que es el que a mí me interesaría de verdad, le he contestado que no tengo celulitis y que tampoco quiero parecer más joven. Y que mejor le ofreciera el bono a otra persona que no lo fuera a malperder. Y entonces ella me ha dado las gracias y me ha dicho que tal vez el regalo podría interesar a algún miembro de mi familia.

Lo siento.- he respondido- Somos todos raros.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb

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