QUITE USTED SU LATA
Hace algunos años, el ayuntamiento de Tudela repartió bolsas de raticida a los vecinos y, bajo el slogan de “Mate usted su rata”, consiguió acabar con la plaga de roedores que se había enseñoreado de las calles del Casco viejo. Y desde hace algún tiempo yo no paro de acordarme de ese lema, pero por otra razón muy distinta.
Me explico:
Conozco a alguien que tiene la costumbre de ir recogiendo cosas por el campo. Basura quiero decir. Objetos que la gente va tirando y que la tierra no es capaz de asimilar. Y que además afean el paisaje. Me llamó la atención desde el principio pero le vi cierta utilidad y yo misma he terminado por adoptar esa costumbre tan bizarra. Si voy por el campo y veo algo en el suelo no demasiado grande y la distancia que me separa de un contenedor no es kilométrica, lo recojo y lo llevo conmigo hasta la papelera. Que ya sé que no sirve de mucho puesto que seguro que a los pocos días alguien ha tirado otra cosa, pero yo lo recojo con el pensamiento de que es un trasto menos. Además, y como el ser humano es práctico que flipas, casi todos esos elementos (envases en su mayoría) se pueden comprimir hasta el punto de meterlos en el bolsillo, de modo que no te cuesta nada acarrearlos. Claro que esta práctica lleva aparejado el riesgo bíblico de contraer una enfermedad infecciosa, e incluso vergonzante, que haga que la piel se de vaya desprendiendo a jirones a causa de los parásitos y gérmenes que habitan en dichos recipientes. Pero una, que ya tiene esa edad en que ni el veneno de los mosquitos le hace efecto y además, a falta de un dios decente y respetable, se ha echado a las creencias holísticas, se ha ido dando cuenta de que la naturaleza recompensa esas pequeñas actuaciones con regalos de los que no venden en las tiendas. De modo que me he convertido en una modesta activista de la recolección del envase abandonado, ya que estoy convencida de que somos más los que respetamos el medio ambiente que los que lo profanan. Así que, y puesto que en el fondo soy una puta Antoñita la Fantástica, me gustaría hacer mío ese viejo eslogan municipal y convertir ese “Mate usted su rata” en un “Quite usted su lata”.
Ahí lo dejo.
#SafeCreative Mina Cb
Hace algunos años, el ayuntamiento de Tudela repartió bolsas de raticida a los vecinos y, bajo el slogan de “Mate usted su rata”, consiguió acabar con la plaga de roedores que se había enseñoreado de las calles del Casco viejo. Y desde hace algún tiempo yo no paro de acordarme de ese lema, pero por otra razón muy distinta.
Me explico:
Conozco a alguien que tiene la costumbre de ir recogiendo cosas por el campo. Basura quiero decir. Objetos que la gente va tirando y que la tierra no es capaz de asimilar. Y que además afean el paisaje. Me llamó la atención desde el principio pero le vi cierta utilidad y yo misma he terminado por adoptar esa costumbre tan bizarra. Si voy por el campo y veo algo en el suelo no demasiado grande y la distancia que me separa de un contenedor no es kilométrica, lo recojo y lo llevo conmigo hasta la papelera. Que ya sé que no sirve de mucho puesto que seguro que a los pocos días alguien ha tirado otra cosa, pero yo lo recojo con el pensamiento de que es un trasto menos. Además, y como el ser humano es práctico que flipas, casi todos esos elementos (envases en su mayoría) se pueden comprimir hasta el punto de meterlos en el bolsillo, de modo que no te cuesta nada acarrearlos. Claro que esta práctica lleva aparejado el riesgo bíblico de contraer una enfermedad infecciosa, e incluso vergonzante, que haga que la piel se de vaya desprendiendo a jirones a causa de los parásitos y gérmenes que habitan en dichos recipientes. Pero una, que ya tiene esa edad en que ni el veneno de los mosquitos le hace efecto y además, a falta de un dios decente y respetable, se ha echado a las creencias holísticas, se ha ido dando cuenta de que la naturaleza recompensa esas pequeñas actuaciones con regalos de los que no venden en las tiendas. De modo que me he convertido en una modesta activista de la recolección del envase abandonado, ya que estoy convencida de que somos más los que respetamos el medio ambiente que los que lo profanan. Así que, y puesto que en el fondo soy una puta Antoñita la Fantástica, me gustaría hacer mío ese viejo eslogan municipal y convertir ese “Mate usted su rata” en un “Quite usted su lata”.
Ahí lo dejo.
#SafeCreative Mina Cb
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