viernes, 22 de enero de 2016



EL PAQUETITO

Mi primer novio me dejó por un explorador. Fue bastante traumático. Yo era casi una niña, dieciocho añitos, y estaba enamorada hasta las trancas. Y él era guapo y alto y tenía los labios como de gomaespuma, gruesos y mullidos, y besaba muy bien. Íbamos a cenar en su casa: una velada romántica con cava, berberechos y anillas de calamar a la romana. Yo llevé un regalito. Nada. Un detalle sin más, que sabía que le hacía mucha falta. Lo empaqueté muy bien, con un papel bonito y un lazo muy rizado y haciendo florituras. Parecía una joya. Él se puso muy contento al ver el paquetito, pero le cambió la cara cuando quitó el envoltorio. No consigo entenderlo. Estábamos hasta el gorro de abrir las latas de conserva con el destornillador y el alicate, que de milagro conservábamos los dedos. Y él siempre decía que iba a comprar uno pero nunca se acordaba. Y a mí se me ocurrió. Uno de esos metálicos de toda la vida, de los de la marca “El explorador”, que son los mejores y los más baratos. En fin, que a mí el detalle me parecía de lo más simpático.

Aquella misma noche me dejó.

Por inmadura.

#SafeCreative Mina Cb

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