EL LOOK BACTERIO
¡Hombres del mundo! ¡Unid vuestras fuerzas y rebelaos contra los gurús de la moda!
Pordiossss, ¿quién ha dado la orden de que os dejéis crecer esas horribles barbas de bolchevique que están llenando las calles de felpudos con patas? Sabed, queridos míos, que eso no le sienta bien a nadie. Bueno sí, a los feos. Porque se les ve menos la cara. O a aquéllos que tienen los ojos muy bonitos o profundos. Porque les realza la mirada. Y si aun encima son feos les tapa lo malo y les resalta lo bueno. Pero vamos, que tipos así hay cuatro. Feos con mirada interesante quiero decir. Porque guapos con mirada interesante hay unos cuantos más. O será que yo tengo cierta tendencia a fijarme en los guapos antes que en los feos. Aunque la belleza esté en el interior.
... En el interior de la barba a veces. Porque en los últimos meses he visto desaparecer rostros adorables bajo ese repulsivo matojo de pelos. Y los ves a ellos, altivos y arrogantes. Sabiéndose, me temo, irresistibles de puro sugerente. Y si se te ocurre decirles algo te responden que es que la barba les da a los hombres un “aire interesante, como de intelectual”. Y bueno, sí, siempre que aceptemos al profesor Bacterio como intelectual del mismo modo que se acepta al pulpo como animal de compañía. Y es que los tiempos de la intelectualidad barbuda eran muy diferentes a los actuales. Eran años en los que a los hombres, en general, les importaba un pimiento su aspecto, y no se depilaban el pecho, ni se daban cremas faciales, ni se metían al quirófano para quitarse la papada. Ahora como que no pega enredarse con un Rasputín que se funda una pasta gansa en cosméticos, se pegue media vida en el gimnasio y que luego, para colmo, le quites la camiseta y tenga menos pelo que el molondro de Yul Brynner. Vamos, que yo agarro la pinza y el loctite y le organizo un trasplante en toda regla. Y mi madre ni te cuento si le dejan la navaja de afeitar.
En fin, chavales, que vosotros mismos, pero que sepáis que el look Bacterio, de sex appeal, cero patatero. Y que a nosotras nos molan los tíos con barba lo mismo que a vosotros las tías sin curvas. Y que allá los estilistas con sus estilos. Y si no preguntad a vuestras madres, esposas, hermanas, amigas… a ver cómo os prefieren. Y sobre todo no os fiéis un pelo del amiguete ese de la media barbita (que esa sí que mola… bien cuidada) que insiste en que no os afeitéis y que os dice que el barbón os sienta de cojones…
Porque os aseguro que lo único que quiere es levantaros a la novia.
#SafeCreative Mina Cb
¡Hombres del mundo! ¡Unid vuestras fuerzas y rebelaos contra los gurús de la moda!
Pordiossss, ¿quién ha dado la orden de que os dejéis crecer esas horribles barbas de bolchevique que están llenando las calles de felpudos con patas? Sabed, queridos míos, que eso no le sienta bien a nadie. Bueno sí, a los feos. Porque se les ve menos la cara. O a aquéllos que tienen los ojos muy bonitos o profundos. Porque les realza la mirada. Y si aun encima son feos les tapa lo malo y les resalta lo bueno. Pero vamos, que tipos así hay cuatro. Feos con mirada interesante quiero decir. Porque guapos con mirada interesante hay unos cuantos más. O será que yo tengo cierta tendencia a fijarme en los guapos antes que en los feos. Aunque la belleza esté en el interior.
... En el interior de la barba a veces. Porque en los últimos meses he visto desaparecer rostros adorables bajo ese repulsivo matojo de pelos. Y los ves a ellos, altivos y arrogantes. Sabiéndose, me temo, irresistibles de puro sugerente. Y si se te ocurre decirles algo te responden que es que la barba les da a los hombres un “aire interesante, como de intelectual”. Y bueno, sí, siempre que aceptemos al profesor Bacterio como intelectual del mismo modo que se acepta al pulpo como animal de compañía. Y es que los tiempos de la intelectualidad barbuda eran muy diferentes a los actuales. Eran años en los que a los hombres, en general, les importaba un pimiento su aspecto, y no se depilaban el pecho, ni se daban cremas faciales, ni se metían al quirófano para quitarse la papada. Ahora como que no pega enredarse con un Rasputín que se funda una pasta gansa en cosméticos, se pegue media vida en el gimnasio y que luego, para colmo, le quites la camiseta y tenga menos pelo que el molondro de Yul Brynner. Vamos, que yo agarro la pinza y el loctite y le organizo un trasplante en toda regla. Y mi madre ni te cuento si le dejan la navaja de afeitar.
En fin, chavales, que vosotros mismos, pero que sepáis que el look Bacterio, de sex appeal, cero patatero. Y que a nosotras nos molan los tíos con barba lo mismo que a vosotros las tías sin curvas. Y que allá los estilistas con sus estilos. Y si no preguntad a vuestras madres, esposas, hermanas, amigas… a ver cómo os prefieren. Y sobre todo no os fiéis un pelo del amiguete ese de la media barbita (que esa sí que mola… bien cuidada) que insiste en que no os afeitéis y que os dice que el barbón os sienta de cojones…
Porque os aseguro que lo único que quiere es levantaros a la novia.
#SafeCreative Mina Cb
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