miércoles, 8 de enero de 2014











NOCHE SIN LUNA

 

Es fría la noche sin luna…

Dos sombras corriendo sin rumbo,

dos bultos informes que casi levitan,

despegados sus pies de la tierra…

 

No siguen la pista de ninguna presa,

no van a la busca de ningún refugio,

solamente corren… corren…

van huyendo

de sus propias sombras que no se despegan…

 

Son dos peterpanes,

dos lobos heridos

que surcan la noche como dos relámpagos…

Corren al unísono, corren sin mirarse,

rostros paralelos jadeando a un ritmo,

ojos que titilan en la negra noche…

 

Cae fulminado sobre el suelo un bulto:

resuena la tierra, se oye un alarido…

El otro se vuelve, se agita, vacila…

le tiende la mano,

lo sube en su lomo

y sigue corriendo, mas no tan deprisa…

Jadeos más largos,

pisadas más hondas

y el peso de un cuerpo que lastra sus piernas…

 

Se para un momento…

“No puedo”, murmura…

Y rueda por tierra el incómodo fardo…

Y empieza de nuevo la veloz carrera.

 

Y una voz, aullando, suplica a lo lejos…

“Espérame o dime dónde he de buscarte”

…..

 

Y la noche es fría.

Y la luna negra.

 

Y la sombra corre, veloz y huidiza…

Libre al fin… ligera como el mismo viento…

volátil silueta que a la vista escapa.

 

Es larga la ruta hacia ninguna parte.

 

 

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