NOCHE SIN LUNA
Es fría
la noche sin luna…
Dos
sombras corriendo sin rumbo,
dos
bultos informes que casi levitan,
despegados
sus pies de la tierra…
No
siguen la pista de ninguna presa,
no van
a la busca de ningún refugio,
solamente
corren… corren…
van huyendo
de sus
propias sombras que no se despegan…
Son dos
peterpanes,
dos
lobos heridos
que
surcan la noche como dos relámpagos…
Corren
al unísono, corren sin mirarse,
rostros
paralelos jadeando a un ritmo,
ojos
que titilan en la negra noche…
Cae
fulminado sobre el suelo un bulto:
resuena
la tierra, se oye un alarido…
El otro
se vuelve, se agita, vacila…
le
tiende la mano,
lo sube
en su lomo
y sigue
corriendo, mas no tan deprisa…
Jadeos
más largos,
pisadas
más hondas
y el
peso de un cuerpo que lastra sus piernas…
Se para
un momento…
“No
puedo”, murmura…
Y rueda
por tierra el incómodo fardo…
Y
empieza de nuevo la veloz carrera.
Y una
voz, aullando, suplica a lo lejos…
“Espérame
o dime dónde he de buscarte”
…..
Y la
noche es fría.
Y la
luna negra.
Y la
sombra corre, veloz y huidiza…
Libre
al fin… ligera como el mismo viento…
volátil
silueta que a la vista escapa.
Es
larga la ruta hacia ninguna parte.
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