MIGAJAS
Me
resigné a vivir de las migajas
que tu
malsano corazón esparce
en
torno a ti, creyendo, ¡pobre tonta!
que mi
amor lograría al fin salvarte.
Rellené
los vacíos de tu agenda
(huecos
en blanco, mar de soledades)
cuando el
negro infinito de tu alma
te
llenaba de angustia al asomarte.
Me dejé
encapsular por tus mentiras,
cerré
la puerta y te entregué las llaves
y al
final, ni siquiera los espejos
eran
capaces de identificarme.
Me
desperté un buen día de repente
ebria
de realidad, harta de amarte…
Saliste
tras de mí como un chiquillo,
como un
perro llorón
…..
Como un cobarde
No hay comentarios:
Publicar un comentario