AMO
(otro poema del siglo pasado)

Deseo decirlo muy fuerte:
¡Sí, amo!

Oídlo todos.
¿Podéis oírlo?

¡Amo!

No me preguntéis por qué;
quizá porque lo necesito.
No me preguntéis cómo;
a lo mejor como una loca.
No me preguntéis cuánto;
seguramente con toda mi alma.

Pero sí que podéis preguntarme:
“¿Desde cuándo?”
¿Desde cuándo, decís?
Desde ayer, desde hoy…
Desde siempre.
Porque siempre lo he mando
sin saber que existía,
sin conocerlo,
sin haberlo visto…
Siempre lo he amado:
sus ojos, su voz, su pelo,
sus manos, sus labios… él.
Todo él por completo;
unidad perfecta… él.

Porque no son sus ojos luceros,
ni su voz un murmullo,
ni su pelo dorado…
Pero son sus ojos, su voz y su pelo.
Y me basta con eso.

No es él un héroe fantástico,
ni cabalga en alados corceles,
ni trae en el cinto la espada,
ni en la mano el azor,
ni ha vencido a la muerte ni nada de eso…
Ni sus dientes son perlas…
¡Qué va!

Él es uno de tantos
y uno entre tantos;
él es un hombre
y es el hombre…
Él es…
¿cómo podría explicarlo?

Es algo que deseas en silencio,
inconsciente, tonta,
imperceptiblemente,
algo que te impulsa hacia adelante…
como un barco a la deriva,
sin rumbo aparente,
sin destino, sin piloto,
sin faro que lo guíe,
perdido en la tormenta…

Y un día llega,
y todo se resuelve,
todo cobra sentido:
el viento se amansa,
las olas se aquietan,
las velas se alisan…

Y el sol aparece.

#SafeCreative Mina Cb