VEINTICINCO DE DICIEMBRE

Capeando vas, aunque pesa,
el fin del primer asalto:
el listón quedó bien alto
en la comida de empresa.
Se te amontona la mesa

y miras al langostino
como si fuera el vecino
que ha tendido la colada
cuando está medio mojada
sobre tu traje de lino.

Y es que no tienes edad,
aunque vayas de moderno,
pero el cordero está tierno
y el concepto “Navidad”
no casa con sobriedad.

Además de ese verdejo,
de esos tacos de abadejo,
de ese lomo… ¡Madre mía!

Mañana será otro día.
Que tampoco eres tan viejo.

#SafeCreative Mina Cb