EL PRIMERO DE MECANO
Hace años me birlaron ese disco y me dolió. Vaya si me dolió. Me lo había comprado con el primer dinero que me llevé en un concurso literario. Era un vale para la librería Espiral y decidí fundírmelo en discos en lugar de en libros. Y ese fue uno de los que me llevé.
A mí me iba el tecno. Por la estética de las hombreras y los cardados, y los chaquetones largos y los foulards de gasa y esos flequillos largos que favorecían tanto a los cantantes. Y los sonidos como de la luna. Y las voces aterciopeladas, casi femeninas, con mucha rever, que dicen ahora los modernos. No sé, era como mágico aunque no entendiera nada. Me molaban los Depeche y los Spandau Ballet, sobre todo los últimos, en especial el solo de batería electrónica de “Resumiendo”, que además tenía un videoclip muy guay, aunque no tanto como “Bad Boys” de los Duran Duran.
De modo que en cuanto salieron los Mecano me hice superfan. Arranqué una página del Gran Musical en la que Ana Torroja llevaba una faldita rosa de volantes y la pegué en la puerta del armario, donde creo que aún sigue, no muy lejos de una reproducción de la portada de “The number of the beat” de los Maiden. Que también me molaban pero menos. Mucho menos. Y es que había tanto donde elegir que podías permitirte que unas cosas te gustasen más que otras. O a la inversa.
Y así yo me hice de la tribu tecno, con sus chaquetones y sus hombreras y sus bombachos y sus foulards y sus toneladas de laca. Y me compré ese disco y lo escuché hasta conocer de memoria cada acorde. Tanto que, al oírlo de nuevo después de mucho tiempo, las letras me venían a los labios sin que yo intentase recordarlas.
Lo perdí, como ya he dicho, pero continué siguiéndolos. Me fascinaba la voz de la Torroja acariciando mis oídos al compás de las creaciones de los hermanos Cano. Me gustaban tanto que hasta les perdoné ese “Tú contestastes que no” que le pegaba tan poco a un grupo pijo. Eso y muchas otras cosas que no me gustaban pero que forman parte de su historia.
Se separaron en el 92, cuando los fastos, y lo volvieron a intentar al cabo de algún tiempo pero ya no funcionó, y es que eso de que al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver es una verdad como un castillo. Y una gran parte de su éxito se debió a su frescura y a su imagen, y a que hacían algo que nadie hacía entonces y además lo hacían bien. Y a que contaban historias ochenteras de chico encuentra chica que hoy están absolutamente trasnochadas.
Siempre he dicho, y es una opinión, que Chapman les hizo un favor a los Beatles asesinando a Lennon porque con su crimen convirtió en leyenda a los de Liverpool. Y no es que le desee la muerte a nadie, pero me da que volver a la veintena cuando uno ya ronda la edad de jubilación es un despropósito total; más que nada porque ya tenemos bastante con las reuniones de antiguos alumnos como para que aún encima el bueno de Nacho Cano recree, casi treinta años después y a través de otras gargantas, los tesoros que la voz de Ana Torroja nos regaló en la juventud.
#SafeCreative Mina Cb
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