A TOMAR POR...
Puesto que aún hay individuos
que no han debido enterarse
me referiré de nuevo
al tema de los mensajes.
Y eso que dudo muy mucho
que algunos de los tipejos
a los que hago referencia
se dignen a leer esto
porque, como bien me dijo
hace poco una lectora
“Leer no suele ser propio
de esa clase de personas.”
Y es que, y pese a que hago criba
antes de darle a “aceptar”
cuando recibo una nueva
solicitud de amistad
aún se me cuela algún gacho
de esos que miran la foto
y, en cuanto aceptas, te empiezan
a mensajear como locos.
No ha ojeado tu perfil
a ver de qué pie cojeas,
si eres hetero o lesbiana,
si tienes o no pareja.
Le da igual que seas cantante,
dependienta o escritora:
ni lee, ni va de tiendas...
y si cantas no le importa.
Le ha gustado tu retrato
al verlo en las sugerencias
de amistad, y ha deducido
que tienes culo y dos tetas
y con eso ya le basta
para iniciar la maniobra
de intentar, tarde o temprano,
ir a tomar unas copas.
Los hay que son comedidos
y empiezan de muy buen rollo,
amables, y conversando
en plan guay, de todo un poco
y así, como tonteando
te preguntan si estás sola
y tú, que eres educada
te haces un pelín la loca,
y el chaval, lejos de ser
listo y bajar el pistón
insiste, hasta que le sueltas
la mala contestación
y entonces dice “perdona”
haciéndose el ofendido
como si fuera normal
el ser tan entrometido.
Para entonces tienes claro
que el tipo con el que charlas
es de idéntico pelaje
al buscón del “Ola wapa”
que te invitó a tumba abierta
este viernes a cenar
después de colgar tres fotos
con su novia en el altar.
Que no, chicos, que así no;
que no somos mercancía.
Idos a tomar por Tinder
y dejadnos ya tranquilas.
#SafeCreative Mina Cb
Puesto que aún hay individuos
que no han debido enterarse
me referiré de nuevo
al tema de los mensajes.
Y eso que dudo muy mucho
que algunos de los tipejos
a los que hago referencia
se dignen a leer esto
porque, como bien me dijo
hace poco una lectora
“Leer no suele ser propio
de esa clase de personas.”
Y es que, y pese a que hago criba
antes de darle a “aceptar”
cuando recibo una nueva
solicitud de amistad
aún se me cuela algún gacho
de esos que miran la foto
y, en cuanto aceptas, te empiezan
a mensajear como locos.
No ha ojeado tu perfil
a ver de qué pie cojeas,
si eres hetero o lesbiana,
si tienes o no pareja.
Le da igual que seas cantante,
dependienta o escritora:
ni lee, ni va de tiendas...
y si cantas no le importa.
Le ha gustado tu retrato
al verlo en las sugerencias
de amistad, y ha deducido
que tienes culo y dos tetas
y con eso ya le basta
para iniciar la maniobra
de intentar, tarde o temprano,
ir a tomar unas copas.
Los hay que son comedidos
y empiezan de muy buen rollo,
amables, y conversando
en plan guay, de todo un poco
y así, como tonteando
te preguntan si estás sola
y tú, que eres educada
te haces un pelín la loca,
y el chaval, lejos de ser
listo y bajar el pistón
insiste, hasta que le sueltas
la mala contestación
y entonces dice “perdona”
haciéndose el ofendido
como si fuera normal
el ser tan entrometido.
Para entonces tienes claro
que el tipo con el que charlas
es de idéntico pelaje
al buscón del “Ola wapa”
que te invitó a tumba abierta
este viernes a cenar
después de colgar tres fotos
con su novia en el altar.
Que no, chicos, que así no;
que no somos mercancía.
Idos a tomar por Tinder
y dejadnos ya tranquilas.
#SafeCreative Mina Cb
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