miércoles, 4 de diciembre de 2013





HUECOS
 
Se han ido deslizando suavemente
por el negro agujero del olvido
tus cajas de galletas atestadas
de tornillos y clavos retorcidos.
 
Se han quedado encerrados los olores
del barniz y la cola en un resquicio
de tu memoria, donde ya descansa
el pim-pón incesante del martillo.
 
 
Te veo todavía entre virutas,
entre serrín volátil y amarillo…
Te veo repasando los listones
a golpe de formón y de cepillo…
 
Te veo, la colilla entre los labios,
entornando los ojos, pensativo,
veo el azul batín con que frotabas
tus gafas de cristales blanquecinos.
 
Te veo ayer, te veo como fuiste:
te veo como siempre habías sido…
Te veo ayer porque me parte el alma
mirar tu ahora del ayer perdido.


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