martes, 20 de marzo de 2018

 



REZO, RUIDO Y REPELÚS

Se avecina la semana de las tres erres: rezo, ruido y repelús. Ya lo van anunciando los carteles morados y las fotos de imágenes sagradas que llenan los espacios reales y virtuales. Ya me estoy mentalizando para sobrevivir al repelús que me produce la visión de tanta sangre, tanto luto y tanta letanía. Ya estoy haciendo yoga para no abrir el balcón el próximo domingo y boicotear con el “Higway to hell”la procesión (previsiblemente con megafonía) que me sacará de la cama a eso de las ocho o nueve. Ya estoy devanándome los sesos pensando en qué coño voy a hacer con mi coche cuando mi barrio se convierta en territorio sacro. Ya me están corriendo las hormigas, como cada año, y me ronda de nuevo la idea de irme a un chino y hacerme con un irreverente repertorio de lencería puteril para colgarlo en el tendedero la tarde de Viernes Santo, a ver si hay suerte y se me llevan un tanga con el mástil de la cruz del paso del descendimiento, que cae más o menos a la altura del balcón de la cocina. Ya empiezan a temblar los cristales, rumiádose los atardeceres de trompeta y de redoble. Ya tengo al gato acojonáo, aún siendo eunuco, debajo de la cama, solo de haber visto tanto rojo en el calendario del salón. Ya estoy echando cuentas de cómo voy a entrar a casa la noche de la procesión del santo entierro porque no hay pagano que se abra paso en esta calle tan estrecha. Ya estoy temblando al pensar en cómo va a patinar el C3 al día siguiente con la cera que se quedará en los adoquines. Ya estoy acumulando sueño en previsión de la siesta que me va a reventar la tamborrada. Ya estoy contando las horas que me separan del momento en que la mocina vuelva de los sotos el día del Angel, y ponga con su guarrería fin a estos festejos dell terruño de Frascuelo y de María.

En fin, que ya me estoy preparando psicológicamente para afrontar esta semana de locos que se avecina y en la que la peña (hay que joderse, en un país supuestamente laico), se inventa tradiciones que nunca han existido y pretende que Tudela sea Sevilla, Calanda y hasta Roma. Y me acuerdo a menudo de ese año en que visité Teruel por estas fechas y escuché a un autóctono clamar en el interior de una taberna:

“¡Hasta los huevos estoy de tanta vela, de tanta virgen y de tanto bombo!”

Pues eso... Que no me queda ná...

#SafeCreative Mina Cb

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