BAILANDO…
Me
acompañan tus pasos,
tu
invisible presencia,
esas
palabras tuyas
que tan
sólo yo escucho.
Camino
entre la gente
mirando
hacia otro lado,
hablando,
haciendo gestos…
cantando
en ocasiones.
Converso
con las plantas,
dialogo
con los bancos,
me enfado
con las fuentes,
sonrío
a las farolas…
Me
miran por la calle
los niños, y a mi paso
murmuran
en voz baja
que
estoy como un cencerro…
Nadie
te ve, tan sólo
yo
siento tu presencia…
Nadie
escucha tus pasos
al lado
de los míos…
Nadie
ve cómo ciñen
tus
manos mi cintura
cuando
juntos bailamos
en
mitad de la plaza…
Nadie
me cree, todos
me
dicen que estás lejos.
… Y yo
cierro los ojos
y
seguimos bailando.
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