viernes, 22 de noviembre de 2013



 
BAILANDO…
 
Me acompañan tus pasos,
tu invisible presencia,
esas palabras tuyas
que tan sólo yo escucho.
 
Camino entre la gente
mirando hacia otro lado,
hablando, haciendo gestos…
cantando en ocasiones.
 
Converso con las plantas,
dialogo con los bancos,
me enfado con las fuentes,
sonrío a las farolas…
 
Me miran por la calle
los niños, y a mi paso
murmuran en voz baja
que estoy como un cencerro…
 
Nadie te ve, tan sólo
yo siento tu presencia…
Nadie escucha tus pasos
al lado de los míos…
 
Nadie ve cómo ciñen
tus manos mi cintura
cuando juntos bailamos
en mitad de la plaza…
 
Nadie me cree, todos
me dicen que estás lejos.
… Y yo cierro los ojos
y seguimos bailando.
 

 


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