LA MALDAD DE ALICIA

Alicia pide un deseo.
El sombrerero obedece
y al conejo le parece
que el tema se pone feo.

Sonríe el otro infanzón
mientras observa la escena
sin parecer sentir pena
de que sirva de infusión

la testa del camarada;
que al fin y al cabo el chaval
le cae un poquito mal
y no podría hacer nada

para salvarle la piel.
Una niña y un adulto:
tendría mal el indulto
si intercediera por él.

Deja, pues, hacer a Herodes
porque no es asunto suyo
mientras masculla: “¡Capullo!
Si no te gusta, te jodes”.

sin pensar, que es lo sensato,
que restar indiferente
le convierte en el siguiente
pues no hay otro candidato.

Que Alicia, sabia mujer,
sabe que es protagonista
y ningún buen guionista
la hará desaparecer.

#‎SafeCreative‬ Mina Cb