CORAZONES
Otra vez el pesadito de los corazones. De verdad, qué año me lleva. Venga mandar cartas y sin dar la cara. Que no hay ni remite ni un teléfono para contestarle y decirle que me deje en paz. Que voy a cambiar de dirección y me voy a pillar un apartado de correos.
Sí. Porque esto ya es preocupante, la verdad. Es la cuarta de estas que recibo en lo que va de año. Y estoy un poco asustadilla. Porque para mí que se trata de un obseso. Un psicópata de esos tipo Joker. Que si fuera valiente pues daría la cara en plan oye, quedamos y tomamos algo. Pero no: el sobre con el corazón y luego una carta llena de promesas. Que yo si el que sea no da la cara no me creo nada, ¿eh? Que una ya no tiene edad para andarse con romanticismos de amantes bandidos y príncipes azules. Y que si al menos me mandase bombones o champán francés... Flores no, que las cortadas me dan pena y las de las macetas se me mueren. Pero bombones sí, que nunca se me ponen malos. Aunque tampoco, que lo mismo les echaba algo. Que si sabe dónde vivo hasta ha podido venir cuando no estoy y meter un molde en la cerradura para sacar una copia de la llave. Y les echa algo a los bombones y cuando esté inconsciente entra y me secuestra y a ver quién se hace cargo de mi gato, con diez kilos que pesa y la de enfermedades que tiene. Que no, que no... que lo he pensado bien y esto me va oliendo cada vez peor.
Así que como reciba otra me voy donde los forales con las cartas y lo denuncio por acoso.
#SafeCreative Mina Cb
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