miércoles, 6 de mayo de 2015



SANGRE ROSA

A mis adorados gays
y a mis queridas lesbianas
(basándose, me imagino
en estudios de la Nasa)
quieren prohibirles dar sangre,
que lo mismo se propaga
el virus homosexual
como se pega la rabia.

Digo yo que habrán pensado
los cerebros de esta trama
en algún test infalible
(tipo prueba de la rana)
que les diga si el donante
no es en realidad donanta
y pueden salirle plumas
al receptor de su plasma.

Ya me veo al ATS,
un hombre de pelo en barba,
soltándole al interfecto
el “¿Estudias o trabajas?”
por ver si el otro entra el trapo
y llamar al segurata
para que lo eche a la calle
con plaquetas destempladas.

¡Hay que joderse, por dios!
¡Esto es lo que nos faltaba!
No se han dado cuenta aún
ni la curia vaticana
ni todo esa camarilla
de meapilas y carcas
de que es la gilipollez
lo que mejor se contagia.

#SafeCreative Mina Cb

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