MI
CUIDAD
Camino muy
despacio y en la noche…
canícula
e historia… viejas calles:
añejas
piedras, bellos edificios.
Es mi
ciudad, mi vida, mis raíces.
Camino
y casi puedo adivinarla:
escuchar
sus graníticas leyendas,
aspirar
los efluvios que rezuman
por sus
juntas yesosas y gastadas.
Camino
y me recreo, me deleito…
Me
siento afortunada de habitarla;
me
abruma el peso de un pasado fértil:
tres
barrios, tres culturas, tres tesoros.
Camino
y se me llena la cabeza
da
capas, de embozados, de mazmorras,
de rabinos,
de cantos, de oraciones,
de tañer
de campanas y de fiestas.
Camino
lentamente, me detengo,
contemplo
sus aleros, sus blasones,
sus
arcos, sus barrocas balconadas,
sus
rústicos faroles amarillos.
Camino
y cada paso me convierte
en
piedra y en rincón, en banco, en reja…
Camino
por placer, nadie a mi lado:
solas
yo y mi ciudad bajo la luna.
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